viernes, 18 de abril de 2008



Reza por mi musa

así la inspiración no se aturde.

Y me transporto a pérfidas lineas,

para engendrar mil voces.


Estribillos antes del insomnio.


Regurguito blasfemias

en el atrio del recuerdo.

De tus pasos sin voz.


Esas flechas en mi piel,

me congelan de ausencia

en ciclopes horas.


Me rehuso a escribir

la posdata que dejo en mi cuerpo

tu mano estéril.

¡Ay como extraño el eco de tu boca!