viernes, 13 de abril de 2018


Mi cabellera resignada a la hora del crepúsculo.

Te arrojas a mi noche de siglos de espera.

Estás en el centro mismo de la desventura.

Los relojes siguen vertiginosos su rumbo.

Las estaciones aceleran el vuelo de los pájaros,

Mi sueño se diluye.


Yo que daría por conocer tu nombre…

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